La primera serie de producción española de Netflix ya se ha estrenado, y por eso queremos daros nuestra opinión al respecto. Sí, amigos, hoy vamos a hablar de “Las Chicas del Cable”.
(Las siguientes líneas contienen spoilers. Sigue leyendo bajo tu responsabilidad)
Para muchos, Netflix es sinónimo de calidad en todo lo que hace, por ello cada vez que esta plataforma estrena una nueva serie todo el mundo siente la necesidad de verla. Una de las ventajas que nos ofrece es que todos los capítulos se estrenan el mismo día, y eso nos encanta a todos aquellos a los que nos gusta maratonear las series.
Esta producción se desarrolla en los años 20, más concretamente en 1928, y nos cuenta la historia de cuatro chicas que, por diferentes motivos, terminan trabajando como telefonistas en la capital.
Quizás al principio puede parecer una serie con bastante potencial, fresca, diferente, pero se va desinflando a lo largo de los 9 capítulos de que consta la primera, y hasta ahora, única temporada.
Al final no deja de ser más de lo mismo. Las tramas que se plantean están metidas con calzador, y quizás se resuelven demasiado rápido. Es verdad que tampoco gustan los enredos típicos de las telenovelas de sobremesa, que se alargan hasta el infinito, pero creemos que los guiones son demasiado básicos y no han conseguido sacar el máximo partido al elenco de actores y actrices con el que cuenta esta producción.
Al final no parece que la trama se desarrolle en una ciudad como Madrid, si no en un pueblo perdido de la provincia de Soria, puesto que todo el mundo se conoce, todos trabajan en la misma empresa y todo sucede en el mismo sitio. Sí, ya sabemos lo que estáis pensando, por supuesto que la historia debe girar por obligación en torno a la Compañía de Teléfono, pero la serie está repleta de casualidades para aligerar las tramas. ¿A nadie más le recuerda a “Velvet”? Suponemos que el hecho de ambas pertenezcan a la misma productora tiene algo que ver.
Eso sí, en esa Compañía se debe trabajar mas bien poco, las telefonistas están siempre de cháchara, dejan el trabajo, lo vuelven a coger, y todavía se quejan de que las pueden despedir. Ole su coño moreno.
Tampoco nos ha gustado el tono tan intenso con el que se cuenta la historia. Es decir, está muy bien que la protagonista se encuentre con su amor de la adolescencia, pero seamos realistas, han pasado 10 años y... ¿ambos siguen enamorados el uno del otro? Forzadísimo. Por no hablar del trio erótico-festivo que se plantea ya desde prácticamente el primer capítulo. Pero no es lo único, ya nos hemos dado cuenta de que a los guionistas les encanta una buena boda prematura. Aquí se pide matrimonio igual que pides la hora.
Del elenco no tenemos nada malo que decir, puesto que cumplen con las expectativas esperadas. Esto incluye a Yon González, que sigue trasmitiendo lo mismo que un plato de coliflor. Las cuatro actrices protagonistas están correctas en sus respectivos papeles, pero tampoco deslumbran, aunque es cierto que Maggie Civantos después de "Vis a vis" dejó su listón muy alto. No hace falta decir que Concha Velasco se los come a todos con patatas. Pero aquí queremos hacer hincapié en el papel de Martín Rivas, quien por fin ha salido del típico papel de chico enfadado con el mundo al que nos tiene acostumbrados, y con buena nota, todo hay que decirlo. Sonríe, Martín, sonríe.
Por otro lado vamos a destacar los decorados, que no son los típicos de serie española cutre, si no que consiguen meterte en situación y crear el ambiente necesario. Bravo por eso. Pero amigos, eso no es suficiente para que la serie remonte.
Es de esperar que después del final de esta primera temporada se confirme una segunda, aunque nos gustaría que contase con tramas mucho más elaboradas y quizás algún que otro giro inesperado.
En definitiva, después de toda la expectación creada, es una serie que no transmite ni frío ni calor y se queda demasiado floja.
Nuestra puntuación: 5/10
Ahora es tu turno, si has visto la serie nos encantaría que dejes tu opinión aquí abajo, en los comentarios.
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