Nuestros comienzos en el mundo de las series / Especial 100 entradas.

Hace 10 meses que arrancamos nuestra aventura por estos mundos y hoy cumplimos 100 entradas. Para celebrarlo, hemos decidido hablaros de las series que marcaron nuestra infancia. Series, en su mayoría de animación, con las que hemos crecido, aprendido y reído.

Si quieres saber cuáles son, puedes seguir leyendo… (tranquilos que no hay spoilers)

Para que nos vayais conociendo un poquito más, tenemos que deciros que somos un chico y una chica que nacieron a principios de los años 90. Quizás muchos de los que nos leeis os sonarán unas series y otras no, incluso los que nos leeis desde otros países es posible que las series a las que mencionamos se llamen con otro nombre.

También queremos deciros que en esa época no había muchos canales ni tampoco conocíamos el gran mundo llamado internet. No teníamos más que nuestra game boy, nuestra peonza, los amigos y nuestra imaginación. Pero claro, en casa nuestra mayor distracción era ese maravilloso aparato llamado televisión, o lo que nuestras madres llamaban “la caja tonta que te distrae”. Por supuesto, no había canales temáticos, nada de clan tv, ni boing. Pero sabíamos con total exactitud la hora a la que emitían nuestras series favoritas, generalmente a la hora de comer y al volver del colegio por la tarde, y ese era nuestro momento.

Crecimos con series que nada tienen que ver con las de ahora. Series con valores, series que enseñaban, nada de dibujos escatológicos hechos para adolescentes. ¿Quién que haya nacido en los 90 no recuerda Los Rugrats? Esos maravillosos bebés aventureros que amenizaban las sobremesas, y con los que aprendíamos los valores de la amistad y a jugar con la imaginación. ¿Recordáis al miedoso Chucky, al valiente Tommy y a su queridísimo Reptar? Tampoco nos podemos olvidar del villano de la serie, la prima mayor Angélica.

De este tierno grupo de amigos, pasamos a otro, uno que nos metió de lleno en el mundo digital, el mundo de los Digimon. Esa serie que conseguía ponernos la carne de gallina cada vez que uno de esos simpáticos seres digievolucionaba para derrotar al malo de turno. De hecho, es una de las primeras series con historia que recordamos, y esperábamos cada capítulo ansiosos. Menos mal que lo ponían todos los días. También, a día de hoy, recordamos su mítica canción introductoria que si eres de nuestra generación te alegrará recordarla con nosotros.

Otra, muy parecida, pero a la vez muy diferente, es Pokémon, que nada tenía que ver con lo que se conoce hoy. Nosotros fuimos testigos de la primera generación de pokémon, esos que causaban furor en los patios de recreo, bien fuese en forma de pegatinas, tazos o en juegos para gameboy. Nosotros éramos de la edición roja, de Charmander, por supuesto ¿y vosotros?.

Y cómo olvidarse de La Pajarería de Transilvania. Ese castillo en el que el doctor Granudo vendía los monstruos más raros posibles, acompañado de su perro leal Huesudo, mientras intentaba enamorar a las gemelas Sister y luchaba con el comisario que le quería cerrar la tienda. Si aún eres capaz de tararear su sintonía, tu infancia fue muy feliz.

Por otro lado, cuando se trataba de investigar misterios, siempre confiábamos en nuestros queridísimos Inspector Gadget y Walter Melon, que cada día se embarcaban en las misiones más alocadas y eran capaces de sacarnos más de una carcajada.

Y para misiones, las de Las Tres Mellizas, un clásico. Esas traviesas hermanas que cumplían sus castigos ayudando a personajes de cuento a llegar a su final feliz, a la vez que luchaban con la bruja Aburrida, quien sólo quería que quedaran atrapadas para siempre en una de esas historias.

Los fines de semana eran del Club Disney, y no podíamos perdernos La Banda del Patio, Pepper Ann, esa líder natural (seguro que estás cantando su sintonía), y muchas otras con las que las risas estaban más que aseguradas. Y entre medias de todo eso, el programa de manualidades por excelencia, Art Attack. Nuestras madres sufrían cuando veíamos este programa y nuestras ansias de hacer la mezcla de cola, pero que nunca quedaba igual que en el programa, lo que serían nuestros primeros fracasos en las artes plásticas… ¿Tú también esperabas con ansia a que llegara la parte del Manitas? Competir con tus amigos por ver quién era el primero en descubrir dónde colocaba el elemento estrella era lo más.

Fuera del mundo de las series de animación, y entrando en nuestra etapa adolescente, no podía faltar El principe de Bel Air, y las chicas recordarán a Sabrina, la bruja, a sus locas tías y a su gato hablador. Estas series ya nos pillaron un poco creciditos y nos aprendimos el rap del inicio de Will Smith, que lo cantábamos de carrerilla mientras aparecían los créditos iniciales.

Sin duda, ya no se hacen series como las de antes. Esas han sido las más importantes de nuestra infancia, pero cada uno tenemos un comienzo. Si los tuyos han sido otros, estás más que invitado a contárnoslo en los comentarios, y si quieres, también puedes compartirlo en las redes sociales. Entre todos podemos recordar aquellos viejos, y maravillosos tiempos.